En el día de hoy, hemos recorrido las calles de la Colonia del Pico del Pañuelo recogiendo datos acerca de la actividad y los usos en planta baja. Hemos ido anotando los datos, con los que más tarde elaboraremos una de las capas de nuestro mapa de la Colonia, y nos hemos encontrado con que existen densidades y tipologías bien diferenciadas.
En el perímetro exterior de la Colonia del Pico del Pañuelo las actividades que más abundan son tiendas de moda y clínicas en el Paseo de las Delicias, las peluquerías o centros de estética en la Calle Guillermo de Osma y los bares o restaurantes en el Paseo de la Chopera.
En estas tres calles los locales se alternan con viviendas en planta baja. No así en el interior de la Colonia, donde nos hemos topado con dos tipologías de local: por un lado la de los locales situados bajo las viviendas, y, por otro, la de los locales alojados en anexos a los testeros.
Esta última tipología aparece en las tres calles que forman un triángulo en el interior de la colonia: San Daniel, San Evaristo y San Félix; y siempre acoge pubs o discotecas. En los vértices de este triángulo, se encuentran los espacios públicos de la Colonia: un parque con juegos infantiles vallado, una plaza sin mobiliario con árboles de gran porte y la trasera de un parking situado en el Paseo de la Chopera. No cabe duda de que el recorrido de llegada a estos espacios, en paralelo a los bares (cerrados durante el día), arroja luz sobre los problemas existentes. También lo hacen las persianas cerradas y los carteles de “se vende” o “se alquila” en las visuales hacia Matadero.

Calle San Félix. Batería de pubs en el recorrido hacia el parque donde se sitúan los juegos infantiles.

Trasera del Parking situado en el Paseo de la Chopera. Actualmente es el remate sur de la Calle San Evaristo.
En general, detectamos dos problemas básicos: la pérdida de variedad en el tipo de actividad y la profusión de locales vacíos en determinadas calles.
En el primer caso, echamos en falta lugares de encuentro cotidiano, una mayor variedad comercial (panaderías, quiscos, pescaderías, mercerías, ferreterías…) y de servicios (guardería, centro de día, gimnasio, oficinas de la Administración…). Al anotar datos en nuestra libreta, en las zonas menos ocupadas de la colonia notamos miradas de recelo, en claro contraste con la amabilidad y simpatía que muestran los vecinos en los lugares más comunes. Somos conscientes de que el tipo de actividad comercial que se instala en un local no se puede controlar o elegir, pero sí se pueden incentivar distintas actividades mediante ayudas destinadas al fomento de actividades específicas en locales considerados estratégicos para el desarrollo de las mismas. Nos parece clave, por tanto, disponer de un mapa en el que se refleje la actividad de la zona y su morfología, un documento que sirva de apoyo a la hora de asesorar a nuevos emprendedores.
En el segundo caso, las ayudas se podrían destinar a la rehabilitación de locales vacíos, en aquellas calles en las cuales esto suponga un problema, o a la reconversión, la rehabilitación o al acceso a la vivienda si interesa más un uso residencial. De otra forma, creemos que la excelente labor que se lleva a cabo mediante la rehabilitación se ve ensombrecida si las plantas bajas se encuentran vacías o en situación de abandono, ya que los problemas que puedan surgir en las mismas tarde o temprano alcanzarán otras partes del edificio.