He tenido un emocionante encuentro con la obra de Magdalena Atria, artista chilena, en la instalacion de AbiertoxObras, de Matadero Madrid. Se llama Cenotes.
Entré a la gran sala en penumbra, y descubrí en los haces de luz que llegan al suelo sendos círculos de colores vivos, sus «pinturas».
Según me acercaba, las manchas de colores desvelaban estructuras concentricas, al estilo de los mandalas, o de los caleidoscopios, figuras que tanto he estudiado y trabajado en mi práctica artística.
Y más cerca aún, la textura de la plastilina, el material con el que Magdalena trabaja sus «pinturas», como ella las llama. Esto era lo que buscaba, el aspecto técnico de la obra, pero la impresión emotiva superó mis espectativas tecnológicas.
El material informativo lo describe como arte óptico o arte psicodélico, en reminiscencia de los movimientos artísticos de los sesenta.
Pero esta obra me evocó otras estéticas y conocimientos. Por una parte la filosofía de lo impermanente, al estilo de los mandalas realizados en oriente con pétalos de flores o arenas de colores, Por otra, una estética reflejo de una experiencia interna que se corresponde con ciertos estados cognitivos extáticos, en la línea de la inspiración psicodélica a través de sustancias, neuroestimulacion o prácticas meditativas. Estados que aparecen tras el caos mental, cuando se organizan patrones de orden tal como se teoriza en la física del caos y de las estructuras disipativas, en las que la disipación de energía y de materia, que suele asociarse a la noción de pérdida y evolución hacia el desorden, se convierte, lejos del equilibrio, en fuente de orden.
El título, Cenotes, me trasladaba a las formaciones geológicas de América Central, pues así se llaman las grandes fosas llenas de agua cristalina que encierran fondos llenos de luminiscencias y colores, dando lugar a mitologías extraordinarias sobre las puertas a los otros mundos. Y como no, en esas figuras planas de plastilina, estaba el ocho, geometría casi constante en esta obra, una geometría muy significativa en las tradiciones sagradas y artísticas de esa región del mundo.
Cenotes es arte efímero, pues la obra se elaboró con un criterio «site specific», para esta sala de MataderoMadrid y se destruirá una vez terminado el período de exhibición pública. Por eso sugiero acercarse a la exposición, sin miedo, y pasar al otro mundo de la imaginación creadora.
Juanjo Díaz