Día 5. Una mirada alrededor.

Estándar

Estamos en el ecuador de la residencia, y decidimos hacer un parón en la toma de datos, para tomar cierta distancia crítica respecto al trabajo realizado. Ahora que ya nos hemos familiarizado con el lugar miramos qué es lo que sucede a nuestro alrededor: damos un paseo por el barrio, nos relajamos descubriendo Madrid Río y nos ponemos en contacto con Nita, vecina de la Colonia y miembro de la Asociación de vecinos Nudo Sur.

Gracias a Nita descubrimos aspectos de la Colonia que desconocíamos, despejamos incógnitas que nos habían ido surgiendo y nos ratificamos en algunas de las conclusiones.

Hablamos de lo bien comunicado que está el barrio. Si bien existen algunos problemas de movilidad: no hay carril bici y la gestión en materia de aparcamientos es lenta. Hablamos, también, de la potencialidad del entorno con esas dos grandes actuaciones como son Madrid Río y Matadero. Y de las sombras de las mismas: el coste de la primera, y las limitaciones que supone la gestión privada de la segunda en el uso y disfrute por parte de los vecinos. En cualquier caso, puntos fuertes, la facilidad de acceso y el atractivo del entorno, para revitalizar la Colonia.

Nos reafirmamos en la importancia de detectar las necesidades del barrio para evitar su degradación. Faltan servicios que aseguren el bienestar social. Anotamos los centros de enseñanza existentes (y también los necesarios, como, por ejemplo, el instituto), la existencia de una biblioteca pública insuficiente (en la casa del lector no existe el préstamo) y soñamos con equipamientos y servicios que bien podrían albergar los locales de la Colonia, o con negocios que diversificasen la oferta actual. Gracias a Nita descubrimos el origen de los locales anexos a los testeros de los bloques. Nos cuenta que hace años, cuando ella era pequeña (tiene 77), se instalaba un mercado en la Calle San Evaristo, y los locales se edificaron para suplir la falta de espacio. Más tarde, cuando se construyó el edificio del mercado, el tipo de comercio cambió, y surgieron diversos negocios o talleres, como, por ejemplo, una herrería, una mueblería, un carpintero,… etc. Los cuales, poco a poco, con el paso de los años, irían desapareciendo. Con las últimas actividades que han surgido en estos años han aparecido una serie de problemas que ya hemos descrito anteriormente. Y con ellos una falta de seguridad que, también, ha afectado a la configuración de los espacios de la Colonia. Descubrimos que en la plaza situada en la esquina de la Calle San Daniel con San Evaristo existía un parque con juegos infantiles, que, debido a problemas de ruido e inseguridad, los vecinos solicitaron eliminar. He aquí la razón por la que, actualmente, no existen bancos en este espacio cubierto por la sombra que arrojan una quincena de árboles de gran porte. De esta forma, se va perdiendo la calidad de los espacios de públicos en el interior de la Colonia. No olvidemos que la percepción de la calidad del espacio público está íntimamente ligada a la sensación de seguridad, y ésta, a su vez, con la afluencia.

Concluimos hablando de la importancia de una buena relación vecinal y de esos diálogos en los que uno amplía su horizonte de miras. ¡Gracias Nita!

Un comentario »

  1. Efectivamente, es un barrio falto de Bibliotecas, La más cercana, de la Comunidad de Madrid, está en la calle Arganda, casi en Pirámides. Ójala, poco a poco, se «culturice» el barrio con el impulso de Matadero, y esos locales, hoy incultos de dentro de la Colonia, reviertan en ello.

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