En el último día de residencia aprovechamos para dar un repaso exhaustivo a la toma de datos que habíamos estado realizando durante la residencia, en un auténtico torbellino de pensamientos.
Durante nuestra residencia hemos tenido la suerte de poder ir alternando el enfoque de nuestra mirada, de la percepción de un visitante, un outsider que nada tiene que ver con el sitio (ni siquiera con la ciudad), a la de un residente, alguien que se encuentra y que empatiza con aquellos problemas que no se ven.
A todo ello, también, han colaborado las múltiples actividades que hemos ido realizando de forma paralela a las de la investigación. Hemos ido a exposiciones (recomendar la de Richard Hamilton y las de PhotoEspaña en el Círculo de Bellas Artes), y hemos dado largos paseos, en los cuales hemos podido disfrutar y observar la ciudad en una dimensión diferente. Así, algo tan sencillo como ir andando desde la Colonia hasta el barrio de Salamanca, nos sirvió para debatir (aún más) acerca de temas como las fronteras invisibles que se dan en la ciudad.
Lo hemos disfrutado mucho, y enfrentamos con entusiasmo esa segunda etapa, en la cual, con los datos que hemos ido recogiendo durante nuestra semana de estancia, vamos a elaborar un mapa (que esperamos sirva de germen a iniciativas posteriores) junto con una reflexión. Aclarar que las entradas que hemos publicado en el blog no eran el trabajo que entregaremos, sino un diario en el que narrábamos el curso de nuestros días durante la semana de residencia.
Gracias a Pico del Pañuelo y el COAVN- Guipúzcoa por la oportunidad, y a los vecinos, la asociación de vecinos Nudo Sur y todos aquellos que nos han ayudado, por hacer de ésta una experiencia totalmente recomendable y muy enriquecedora.